Cuaderno de bitácora: Like a rolling stone

A veces está bien salir. Visitar otros mundos, otras ciudades. Dejarte guiar por las velas a merced del viento y conocer callejones que, aunque conocidos, no te eran familiares.
Lo mejor de salir fuera de tu entorno, de tu hábitat, fuera de tu mundo, es que todo te parece nuevo. No sientes la necesidad de saludar a nadie porque nadie te conoce, no tienes que rendir cuentas al sol, no tienes que esperar a la luna para poder empezar a ser tu mismo. Es una libertad que todo el mundo debería sentir. Es el ser tu mismo, el hacer lo que quieres y el vivir lo que quieres.
Pero, para mi, quizá lo mejor de todo es esa mano de pintura que da a tu vida conocer nuevos sitios. Olvidas tus penas, olvidas a gente, olvidas costumbres, sitios frecuentes y voces arraigadas en lo más profundo de tu cabeza. Pero al final todo vuelve a resurgir a la superficie, los días pasan, y como no, los viajes de vacaciones también, aunque volver con las pilas recargadas siempre fue bueno.
Aun me recuerdo paseando por aquellas calles, "sin dirección a casa, como un completo desconocido... como un trotamundos."

Elessar

A deriva...

El mar se acercó a mi seca piel,

besó mis labios, y se fue...
me dejo solo bajo el sol y sobre la arena,
se llevó mi ilusión, y... ¿por que no?
También mi alma, hundida en pena.
Marcó mi corazón con fuego y agua,
abrió mi pecho, apagó mi vela,
deshizo los caminos marcados,
desmontó las torres de arena
que durante tanto tiempo
nos guardaron de esta tormenta perfecta.
La mar se llevo todo a la deriva,
y mi corazón sobre la arena
llora dolorido, esperando que caiga el sol
y la luna me suma en sus tinieblas.

Elessar

¿Te veré?

El estúpido reflejo de la ignorancia,
el trémulo fulgor del recuerdo
acostado hoy entre mí y la almohada,
cogiendo mis sueños, y aplastándolos
lentamente contra mi silencio...
tu silencio, hoy maldito por las horas,
hoy perdido por los dioses del tiempo,
que mueven manecillas de reloj
a antojo y deseo, que truncan los sueños
que jamás se cumplieron, que rompen
las lágrimas que mis ojos derramaron por ti,
hace tiempo, a solas escondido
de la realidad y el dulce te quiero.
Hoy castigo los ojos que me miran
con melancolia... ¡oh triste destierro!
Que vivo cada día sin el placer divino
de ver tus ojos, de besar tus labios,
de verte tantas veces como quiero,
de recordarte a oscuras, en silencio,
y ver como pasan las horas lentas y tristes
hacia nuestro reencuentro...
y sentir que todo ya se ha pasado,
creer que no vale un beso sin sentimiento,
volver a acostarme, y despertar solo,
rodeado de tristeza y abatimiento,
y sentir que te hecho de menos,
que he vuelto a perderte de nuevo.

Elessar