Largos amaneceres, frios y ensangrentados,
olvidados en lo hondo de un triste cajón,
auguran la soledad que el viento se ha llevado
a lo más recóndito de mi ajado corazón.
Tardes que se pasan en valde fumando
recuerdos que la soledad quitaba a mi razón,
hojas escritas en blanco de un cuento olvidado
donde el poeta siempre muere por falta de valor.
Rayos de luna que cortan en trozos mi pecho,
lascivos besos con cruel sabor a tempestad,
desordenada habitación, que no invita al deseo
sin colchones hundidos por exceso de humedad.
Negras golondrinas que aun siguen mi vuelo
por tierras perdidas, por lejanas islas sin mar,
donde habitan los más escondidos deseos
de este trovador loco con falta de moral.
Pérfidas estrofas que me invitan a verte,
renglones torcidos y cartas sin escribir,
cubatas de ron, con sabor a suerte
en esta oscura noche, deslunada y sin ti.
Frases que en mis labios invitan a besarte,
miradas perdidas que te buscan con frenesí,
de amor estos versos que solo quieren adularte
y decirte a susurros que lo eres todo para mi.
Elessar
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