Ayer se dijo...

"No importa el crítico; ni aquel que muestra las falencias del hombre fuerte, o en qué ocasiones aquel que hizo algo podría haberlo hecho mejor. El reconocimiento pertenece al hombre que se encuentra en el campo de batalla, con el rostro manchado de polvo, sudor y sangre; aquel que persevera con valentía; aquel que erra, que da traspié tras otro, ya que no hay ningún esfuerzo sin tropiezo ni caída. "
THEODORE ROOSEVELT

1/6/08

Cuaderno de bitácora: Texas Hold'em


Seguramente habréis escuchado tantas, o más, comparaciones sobre la vida misma, que, seguramente al igual que a mí, os pareceran odiosas. Pero llegados a un punto de la existencia de cada uno, siempre se nos plantea la misma pregunta: “¿Qué es mi vida?”. A veces es por aburrimiento, otras por un ímpetu de autocompasión y otras simplemente por dar una oportunidad al filósofo que todos llevamos dentro, pero siempre acabamos contestándonos a nosotros mismos, en la oscuridad de la noche, embargados por el desasosiego y medio sumidos en sueños. Hace unos días yo me contesté a mi mismo, y la verdad es que mi contestación me sorprendió bastante.

Para mi la vida es como una partida de poker (prometo que, aunque lo conozco, no soy muy dado a este juego de naipes yanqui). Cada uno la empieza con un número de fichas… algunos con muchas, otros con muy pocas. Y nuestra existencia únicamente se basa en intentar aumentar el número de fichas tanto como podamos. Yo hasta hace un tiempo tenía todo a lo que podía optar: salud, éxito, ilusiones, proyectos, amigos, novia, felicidad, ambición… pero una serie de catastróficas desdichas me ha hecho perder muchas de mis fichas y dejarme al borde de la bancarrota. En este momento muchos dirían que lo más sensato es retirarse, vivir con lo que te ha quedado y maldecirte a ti mismo el resto de tus días por la oportunidad de éxito que dejaste escapar… “si me hubiera retirado cuando tenía todas las fichas”… ¡ahhh! Pero hay está la gracia, nadie se retira cuando va ganando. Otros opinarían que hay que seguir luchando, que hasta que no te encuentres con una única ficha bajo tus manos, hasta que no lo hayas perdido todo, y lo único que puedas jugarte sea la vida misma, debes seguir apostando. Yo, si quieren que moje, soy de los segundos.

Y al igual que en el poker, la vida va por rachas. Las probabilidades de que algo salga bien cuando todo sale mal, son las mismas de que te salgan buenas cartas cuando llevas varias manos perdiendo… si, por mucho que lo neguemos, Murphy tenía razón. Ahora tengo muchas fichas en medio de la mesa esperando las apuestas de los contendientes, muchas cosas que están pendientes de hilos demasiado finos para mi gusto. Eso sí, también tengo algunas fichas que nunca dejaré escapar… pueden bajar su valor, pero nunca escaparan de mis manos.

Y aquí ando, esperando una racha de viento que empuje lo suficiente mi barco como para recuperarme un poco de los palos que da la vida; ese aliento fresco de una mañana en la que ves que todo puede ser posible… esperando ese rey y esa reina que me den la escalera de color… pero hay que saber jugar esas cartas. ¡Si al menos fuera como el puto Chang!

Elessar





2 comentarios:

__cLoWn__ dijo...

...qué cierto lo que dices, y qué verdad la de luchar hasta el final...hay veces que la partida empieza cuando parece que está apunto de acabar...y es ahí donde descubres el valor de una ficha más o una ficha menos, de una carta que necesitas, o de un momento que se descubre con el paso de la vida misma...últimamente es lo que más te digo: ánimo!!!...y a por todas las fichas!!!:D...

comopompasdejabon dijo...

Yo creo que tú has superado la inestabilidad, el vértigo que produce la veida de lo inesperado, eso que jamas hubieramos pensado.
¿Porque lo digo?, porque sigues en la partida ;)

Buen fin de semana y atento a esos faroles, mis besos