El Sol le rozaba el claro pelo mientras sus pies se
El Sol volvió a caer otro centímetro... "¿Por qué no se acabará ya el día?" Pero sabía que aun quedaba un largo camino que recorrer... ¿Hacía dónde? Ni siquiera el lo sabía. El viajero seguía caminando sobre la arena, desconociendo el destino e intentando olvidarse de la procedencia. Pero a cada paso, a cada segundo bajo el ardiente Sol y la irritante arena, su casa, su partida, su punto de inicio en esta andadura errática por el mundo le parecía más dulce y más placentera. "¿Por qué tuve que partir?"
De repente, el recuerdo de un ayer, de una imagen, de un beso; inundó de lágrimas sus ojos. Sabía que nada volvería a estar en su sitio. Había recorrido demasiado camino como para volver atrás, y le faltaba aun demasiado para encontrar otro sitio donde ser feliz. Miró su cartera, aun llena de esperanza, y deseó nunca haberla llenado de sueños, de orgullo y de desamor.

A veces le gustaría ser una Dorothy del siglo XXI. Tener el camino marcado con baldosas amarillas. Saber de donde partes, a donde vas... porque vas hacia allí. Y quizá llegar al final, y saber que la solución a todos tus problemas, a todos tus males, se podían solucionar en un principio... que volver a casa es tan sencillo como chocar los talones de tus botas nuevas.
El viajero siguió adelante, y nunca miró hacia atrás... sólo de soslayo, para comprobar que su sombra lo seguía... y nadie más. Aunque uno nunca sabe si la compañía se encuentra detrás... o esperándote en algún sitio donde aun debes de llegar.
Elessar
1 comentario:
destrás? esperándote? ¿? Quién te acompaña está a tu lado. Aunque sea a cientos de kilómetros... pero a tu lado... :)
mmmmuuuaaaaac
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