Lo primero es la dirección. Ya no nos dirigimos hacia la tierra de los tulipanes. Nuestro rumbo se fija ahora, y por fin definitivamente, algo más al este, más cerca del frío siberiano y de las heladas aguas bálticas... Polonia, tierra de templarios y con más historia de lo que aparenta. Y de entre ellas, quizá me dirijo a su única ciudad portuaria importante, Gdansk, ciudad de astilleros, pescadores y comerciantes... buen sitio para un bucanero como yo.En cuanto a la tripulación... no se que pasará. Espero no tener que hacer cambios, y que me acompañen los mismo de siempre, pero son tiempos revueltos para casi todo, y los vientos de cambio soplan más fuerte cada día... quiero protegerme de ellos, pero a la vez los ansío con fuerza... impulsan mi barco, pero apagan mis velas.
Elessar

No hay comentarios:
Publicar un comentario